viernes, 17 de junio de 2011

¿Se puede curar la homosexualidad ?


Es posible curar la heterosexualidad? La respuesta a esta pregunta es clara y todavía no encontré a nadie que dude a la hora de responderla . No, la heterosexualidad no se puede curar. Y el principal motivo que impide la cura de la heterosexualidad es que la heterosexualidad no es una enfermedad.

Mas allá de la coincidencia y claridad a la hora de responder esta pregunta, es muy difícil o casi imposible escuchar en los medios de comunicación, en reuniones sociales o que llegue al consultorio una persona con este planteo. Sin embrago no sucede lo mismo si nos preguntamos acerca de la cura de la homosexualidad, muchas personas heterosexuales, homosexuales y bisexuales se hacen esta pregunta.

Asi como no se puede curar la heterosexualidad, tampoco se puede curar la homosexualidad. La homosexualidad no se puede curar porque no es una enfermedad. Para ser mas claros, ni la heterosexualidad ni la homosexualidad pueden curarse, porque ni una ni la otra son enfermedades.

Si hacemos un viaje en el tiempo y recorremos diferentes culturas tal vez podamos entender mejor este planteo. Por ejemplo ,los Griegos desconocían la palabra homosexualidad - que aparece por primera vez en el siglo XIX – y no tenían ningún termino equivalente, porque suponían que todos los hombres eran capaces de sentir pasión, tanto por los hombres como por las mujeres.

El amor entre personas del mismo sexo, ha existido en todas las épocas a lo largo de la historia, aunque cada cultura le asigno valoración diferente. En el siglo XII a.c, los Asirios la sancionaron con la castración. Los egipcios concibieron un dios, Seth, que tomó como amante a otro dios, Horus. El mito del Andrógino, ya estaba presente en los Egipcios, que adoraban a Haapi, un dios que era macho y hembra a la vez. Para los griegos, la figura erótica por excelencia, era la del adolescente varón.

Cuando comparamos diferentes sociedades, vemos que la homosexualidad no es un problema, a menos que los miembros de dicha sociedad la convierten en un problema, a través de sus prejuicios y leyes restrictivas.
Si avanzamos unos siglos en el tiempo nos encontramos con que en el año 1973, la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos, y en 1974, la Organización Mundial de la Salud, determinaron que la homosexualidad no es una enfermedad mental. Y definieron la salud sexual como la integración de los elementos somáticos ,emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor (OMS. Serie de Informes Técnicos No. 572, 1975)

Robert Spitzer tuvo un rol clave en la exclusión de la homosexualidad del Manual de Enfermedades Mentales de la American Psychological Association (APA), en 1973. Años después, un grupo de personas que se presentaban como ex gays hicieron una manifestación pública a la entrada de una conferencia de la APA, pidiendo que se tomara en cuenta su posición. Spitzer lo hizo. Investigo estos casos y en 2001 concluyó:
"Algunos individuos sumamente motivados, mediante una variedad de esfuerzos de cambio, pueden lograr un buen funcionamiento heterosexual". Muchos de ellos, agrega, lograron manejar su conducta homosexual, pero no su atracción por el otro sexo, aunque si reportaron una mejora en su estado emocional. Muchos anhelaban el cambio porque la homosexualidad no estaba acorde con sus valores y sus creencias religiosas.

Si bien varios grupos plantean que el estudio tiene poco valor científico porque la muestra fue tomada de organizaciones con una fuerte ideología anti-gay y parece ser un reflejo de los prejuicios personales del investigador; en las conclusiones de Spitzer queda claro que lo que el refiere modificar a través de su tratamiento no es el deseo de las personas que se prestan al mismo, sino su conducta. De la misma manera podemos afirmar que a través de un sistema de control y privación de la libertad de los individuos podríamos evitar cualquier tipo de conducta, tanto positivas como negativas, pero justamente lo que no se puede modificar son los deseos y sentimientos mas profundos de las personas. Y lo que aun es mas preocupante es el precio que algunas personas tienen que pagar por intentar curar algo que no se cura por no ser una enfermedad, por supuesto, manipulados por profesionales que lucran con el dolor de esta gente, que no se puede permitir ser quienes son por presiones y temores de una sociedad o de determinados grupos sociales que no toleran la diferencia y la libertad como pilares de una sociedad mas justa, democrática y equitativa.

La orientación sexual no puede ser seleccionada o modificada, lo que uno puedo escoger o modificar, es como uno actúa sexualmente. Y esto nos lleva a pensar en el origen de la homosexualidad. Ser lesbiana o gay es parte de la personalidad total del individuo, como el ser atleta, artista, o zurdo. Dicha personalidad es moldeada desde la concepción por factores genéticos, prenatales, psicológicos y culturales.

Desconociéndose las causas exactas de la heterosexualidad y de la homosexualidad, resultando en ambos casos de la interacción de varios factores, no pudiéndose atribuir la causa de la hetero u homosexualidad a uno solo de ellos.

En este sentido podemos concluir que afirmar la posibilidad de curar la heterosexualidad es tan absurdo como intentar curar la homosexualidad, y que un planteo de este tipo solo puede sostenerse en ideas y creencias heterofóbicas si pensamos en la cura de la heterosexualidad y homofóbicas si pensamos en la posibilidad de cura de la homosexualidad. Si avanzamos un poco mas en este tema, podemos arribar a la conclusión de que aquellas personas que plantean la cura de la homosexualidad no solo están movilizadas por sus prejuicios, sino también por la ignorancia respecto a los orígenes multideterminados de la sexualidad humana, tanto hetero como homosexual.


Lic. Patricio Gómez Di leva
Psicólogo – Sexólogo
www.respuestasexual.com

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